En la prevención está la cura

En la prevención está la cura

Una de las principales razones por las que empezamos a cambiar nuestros hábitos es por necesidad o por obligación. Porque cuando sólo tenemos la intención de cambiar, el proceso carece de valor y siempre lo estamos postergando.

Por ejemplo, siempre tenemos la intención de adoptar hábitos saludables como: ejercitarnos más y comer de forma apropiada. Esto sólo sucede hasta que vemos que subimos unos kilos de más o el doctor nos ha advertido que debemos comer mejor, o de lo contrario nos enfermaremos.

Entonces es a través de la necesidad que, nuestras decisiones empiezan a tener énfasis. Incluso nuestra mentalidad se modifica. Empezamos a cambiar los horarios para integrar una hora de ejercicio y nuestros pensamientos ya incluyen a una dieta sana.

Pero algunas veces hasta hacemos caso omiso a las advertencias y continuamos con nuestros hábitos dañinos. Empezamos a buscar soluciones sólo cuando la situación empeora.

Y es así que cuando tomamos decisiones en el último momento, como consecuencia de nuestro descuido en la alimentación, nuestra salud se pone en riesgo.

Nos volvemos vulnerables a los productos que nos ofrece el mercado, debido a nuestra desesperación de querer cambiar la situación de forma inmediata, sin pensar que esto podría tener contraindicaciones.

Es preferible gastar una hora de tu tiempo en cuidar de tu salud todos los días,  a pasar horas con el médico, en exámenes y evaluaciones costosas que te dejan sin energía.

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Una enfermedad es un asunto serio porque involucra el bienestar de todo tu cuerpo. No puedes pensar con claridad y tu ánimo disminuye. Para evitar esto, es necesario ser conscientes de que la solución está en la prevención.

En la prevención está la cura

No esperes a estar enfermo para cambiar tu forma de alimentarte. No esperes a que te digan que es demasiado tarde y te tienen que realizar una cirugía u operación para ayudarte.

Toma acción hoy mismo. Mantén tu corazón fuerte y libre de preocupaciones. Cambia tu mentalidad y dale a tu salud la atención que se merece. De seguro hay algo más que puedes hacer por ella. Siempre hay algo que hacer o mejorar.

Come más frutas y verduras, y evita los alimentos procesados. Evita el exceso de sal, azúcar y grasa, pues estos tres componentes causan adicción en nuestro cuerpo, y cuando los consumimos en grandes cantidades, ya no podemos dejar de hacerlo. Ejercita tu cuerpo más seguido; con cuatro horas a la semana es suficiente.

Adquirir este tipo de hábitos, hará que visites con menos frecuencia al doctor y por ende consumas menos medicinas.

También hará que vivas más años de vida y sin  la presencia de temidas enfermedades cuyas cifras son cada vez más alarmantes en el mundo. Tú no seas parte de estos números y anímate a vivir un estilo de vida más saludable.

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